Escrito por Ivette Vallejo, Antropóloga, PhD en Ciencias Sociales. Profesora Investigadora. FLACSO Ecuador; Renata Mantilla, Licenciada en Sociología. Maestrante de Estudios Socioambientales. FLACSO Ecuador.

“El pueblo waorani siempre hemos sido defensores de la selva. Nuestros antepasados han defendido y seguimos luchando. El Pueblo waorani se ubica en Napo, Orellana y Pastaza. Hemos venido de 16 comunidades de Pastaza. Soy líder, joven y mujer waorani. Nuestro pueblo ya ha tenido petróleo, pero solo trae muerte, división, conflicto en las comunidades y esto no queremos repetir. Petróleo y carretera hace mal. Mucho joven waorani bebe alcohol y después está perdido. Esto no quiero. He visto con mis propios ojos a nuestros hermanos waorani, hermanos cofán, siona. He conversado, he visto que se contamina río, territorio, luego puro palma africana. Me ha nacido el coraje a mí y a mi gente, a mi familia. No queremos esa vida, ni que se pierda la cultura. Queremos vivir sanos, alegres, en armonía, no peleando como vecinos. He visto y he aprendido de los abuelos. Ellos eran luchadores, a cowode1 que entraban mataban con lanza. Ahora no es suficiente con lanza, hemos venido a exigir nuestro derecho. Nuestro territorio, nuestra selva es nuestra casa, es nuestra vida. Aquí ustedes tienen supermercado, farmacia, es lo mismo para nosotros la selva. Tenemos que cuidar y no destruir. No queremos vivir en territorio pequeño como departamento. El gobierno ecuatoriano tiene que escuchar. Nosotros queremos vivir en paz, alegres, sin problemas, ni divisiones. Como mujer joven he venido con mujeres lideresas sabias que nos guían a nosotras…”

– Nemonte Nenquimo.
Foro sobre sentencia en favor de comunidades Waorani.
Paraninfo Che Guevara, Universidad central, Quito.
16/05/2019

Miembros de varios huamoni2 waorani de Pastaza se convocaron el 27 de febrero de 2019 en la ciudad del Puyo (provincia de Pastaza) en la Amazonía ecuatoriana, con la finalidad de presentar ante el Consejo de la Judicatura una acción de protección, a fin de frenar los alcances de la XI Ronda Petrolera o denominada Ronda Suroriente. Estaban presentes mujeres, hombres, niños, niñas y jóvenes en defensa de su territorio. Antes de llegar al lugar, marcharon por la ciudad. Nemonte Nenquimo, de la comunidad de Nemonpare, presidenta del Consejo de Coordinación de la Nacionalidad Waorani del Ecuador- Pastaza (CONCONAWEP), encabezó la marcha junto a un grupo de ancianas sabias (pikenane). Atrás de ella le seguían mujeres más jóvenes, que llevaban su vestimenta tradicional. Entonando cantos (amotamini), caminaron por las calles llevando en sus manos hojas de palma de la selva, y cestas de chambira. Hombres jóvenes y pikenane iban a los costados, portando lanzas de chonta.

En esa marcha acompañaron mujeres de otras nacionalidades (kichwa, shuar y sapara) para dar soporte a la lucha en defensa de la selva. Entraron al Consejo de la Judicatura mujeres waorani y pikenane, las abogadas y aliados de Amazon Frontlines. Algunas otras mujeres waorani jóvenes se quedaron afuera aguardando. Al preguntarles su motivación, mencionaron estar preocupadas por el futuro de sus grupos familiares, la contaminación de la selva, de los ríos, que se incremente el alcoholismo en las comunidades, así como la violencia de género, tal como ocurre en las zonas del territorio waorani en Orellana y Napo donde hay intervención del extractivismo petrolero. Comentan que han visto morir con cáncer a hombres y mujeres de las comunidades waorani de Orellana por causa de la explotación petrolera que por más de tres décadas se ha impuesto, generando impactos ambientales, sociales y culturales3 . Por ello, consideran importante la necesidad de impulsar otras actividades económicas que les permita una vida

“Tenemos miedo de que contaminen nuestro territorio, que es nuestro hogar y único sustento de vida. Nosotros queremos que en nuestro territorio exista la facilidad para hacer proyecto de ecoturismo, no queremos petróleo. Queremos turismo para nosotros también poder trabajar y sobrevivir.” – Mujer Waorani de comunidad de Tiwino. Puyo, 27/02/2019

El vivir bien es una aspiración tanto de mujeres, como de hombres y niños waorani, que se expresa en las frases “manomai huaponi quehuemonipa” a menudo acortado a huaponi, que “se refiere al placer de compartir la vida” (Rival 2015) y participar de la abundancia natural de la selva entre corresidentes, frente a las hostilidades externas. Otros valores importantes en una sociedad altamente autárquica como la waorani son la autosuficiencia y autonomía, la libertad de movimiento y movilidad en la selva, expresadas en imágenes relativas a aves en vuelo, como lo expresado en sus cánticos (Rival 2015). Todo ello se reflexiona se pierde con el extractivismo, como asumen se ha perdido en comunidades waorani insertas en las dinámicas del extractivismo petrolero.

El 26 de abril de 2019, la jueza Esperanza del Pilar Araujo, del Tribunal de Garantías Penales del Puyo determinó en la audiencia, que hubo violaciones a los derechos de consulta previa, libre e informada y a la autodeterminación del pueblo waorani, en las actividades lideradas por la Secretaría de Hidrocarburos y el Ministerio de Ambiente, en el marco de la ronda suroriente en el año 2012, con la connivencia de la Procuraduría General del Estado. Con esto, se falló de forma favorable ante la acción de protección solicitada por tres mujeres waorani (Nemonte Nenquimo, y las pikenane Nihua Omanca, Huiña Omaca) y dos hombres waorani pikenane (Gabriel Dica Guiquita y Nemo Yahuiga Ahua) de la CONCONAWEP en representación de 16 comunidades waorani de la provincia de Pastaza afectadas por la imposición del bloque 224 sobre su territorio.

La resolución se dio considerando la argumentación testimonial de miembros de comunidades waorani, principalmente mujeres, además de testigos expertos, presentada del 11 al 13 de abril de 2019 y con base a la prueba documental de los demandantes y sus abogados durante los días de audiencia de la Acción de Protección. En las audiencias entraron mujeres pikenane y mujeres lideresas jóvenes, también presentaron Amicus Curiae lideresas de otras regiones del país que defienden sus territorios en contextos de presión extractiva petrolera y minera. Fuera del Consejo de la Judicatura quienes no ingresaron permanecieron en un plantón, con música. Los hombres waorani cantaban una canción que expresaba su deseo de vivir en paz y como hermanos. Oswando Nenquimo, vocero de comunidades waorani de Pastaza, alentaba a resistir y a tener la certeza de que obtendrían un fallo favorable.

El ministro Carlos Pérez, del Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables al conocer el fallo a favor de las comunidades waorani expresó “la minería va porque va. En el país va a haber minería sí o sí. No es posible que se tomen decisiones regionales o locales sobre ciertas cosas que tienen un impacto nacional como en el caso de hidrocarburos y minería5 ”, indicando que apelará a las decisiones de la corte de Pastaza para revertir la sentencia.

Ante estos pronunciamientos, las comunidades waorani se trasladaron hasta Quito el 15 de mayo de 2019, efectuaron un plantón y dialogaron con el Consejo de la Judicatura para demandar se mantenga la independencia de los poderes del Estado y el respeto a la sentencia obtenida legalmente. Un día después, el 16 de mayo de 2019 junto con dirigentes de la CONAIE, CONFENIAE, ECUARUNARI y miembros de comunidades waorani, kichwa, sapara, A’ I Cofan, shiwiar, achuar y shuar se apostaron a las afueras del Ministerio de Hidrocarburos para exigir respeto a su libre determinación. Nemonte Nenquimo de CONCONAWEP expresó su decisión de que “la lucha por la defensa de la selva va porque va”, mientras mujeres pikenane ancianas entonaban cantos.

El proceso de lucha de las comunidades waorani de Pastaza se inicia desde hace más de cinco años cuando mujeres pikenane junto con jóvenes mujeres como Nemonte Nenquimo y otros pikenane y jóvenes hombres waorani comenzaron a reflexionar sobre las amenazas que se cernían sobre su territorio desde la XI Ronda Petrolera y la denominada consulta, ejecutada con base al Decreto Ejecutivo 1247 publicado en Registro Oficial el 2 de agosto de 2012. En 2013 la empresa argentina TECPETROL mostró interés en el bloque 22, y posteriormente decidió no ofertar; sin embargo, la amenaza del extractivismo petrolero en su territorio ha permanecido latente desde entonces. Aún más, cuando durante el 2018 en el actual gobierno de Lenin Moreno, el Ministro de Recursos Naturales No Renovables anunciara que en una próxima ronda petrolera, el bloque 22 entre otros, se pondrían nuevamente a disposición de empresas petroleras locales e internacionales.

En este artículo abordaremos el caso en retrospectiva enmarcado en la XI Ronda petrolera, profundizaremos en el papel desempeñado por las mujeres waorani, e intentaremos relacionar su protagonismo en el encuadre de la activa participación que en la provincia de Pastaza han tenido mujeres de distintas nacionalidades shiwiar, shuar, kichwa, sapara en defensa de sus territorios, a lo largo del decenio previo.

La XI Ronda y la consulta previa tergiversada

El 29 de junio de 2012, personal de la Subsecretaría de Hidrocarburos (SHE) mantuvo reuniones con dirigentes de la Nacionalidad Waorani (NAWE) sobre la licitación de bloques petroleros en territorio de comunidades de Pastaza. Entre el 23 y 24 de julio de 2012 hubo dos reuniones de trabajo adicionales para definir la logística de dos visitas a realizarse a comunidades sobre cuyo territorio se traslapa el bloque 22, uno de los 13 bloques que fueron puestos a licitación por el gobierno de la Revolución Ciudadana, presidido por Rafael Correa, en un período (2007-2017) en que se profundizó el extractivismo en el país.

De 16 comunidades waorani afectadas por tal bloque petrolero, durante dos días (25 y 26 de julio de 2012) personal de la SHE y NAWE visitaron solamente 7 comunidades (Kiwaro, Tiweno, Tzapino, Damointaro, Toñanpare, Kenaweno y Acaro) para socializar el modelo de gestión socio político hidrocarburífero. En reuniones de apenas una hora y media a dos de duración, se les proporcionó información sobre los procesos de la actividad petrolera y normativa hidrocarburífera. Brindándoles pan y cola se les ofreció salud, educación, carreteras de acceso y servicios básicos (luz y agua potable), como beneficios de la renta petrolera.

El 11 de septiembre de 2012, se llevó a cabo en Toñanpare y Kiwaro, las denominadas Audiencias Públicas. Una joven waorani de 18 años, contratada como facilitadora por la SHE efectuó una exposición en tiempo reducido sobre el marco legal de la consulta, diagnóstico socio ambiental, modelo de gestión sociopolítica, la ronda suroriente, la licitación, y los procedimientos de la consulta. El 25 de septiembre, se hicieron asambleas de retroalimentación y cierre de la oficina permanente en Toñanpare y Kiwaro.6

Conforme la argumentación legal de las 16 comunidades, los procedimientos de Consulta establecidos por el Decreto 1247, no acataron los estándares internacionales establecidos por el Convenio 169 de la OIT, ni por la Constitución del Ecuador (2008). A comunidades de una nacionalidad indígena de reciente contacto como es la waorani, de forma acelerada, en una lengua que no la entienden suficientemente, se les transfirió información técnica, y no se les reveló sobre los posibles impactos que las actividades extractivas tendrán en lo ambiental y social. Esa fue en general la tónica de la denominada

Consulta Previa realizada en tiempo record de 30 días, a 7 nacionalidades indígenas -sobre las cuales los 13 bloques licitados internacionalmente y los 3 que se reservaba el Estado (PetroAmazonas) para operar – se sobrepondrían en sus territorios con actividades exploratorias y de explotación petrolera.

La territorialidad extractiva fue planificada dos años antes

de que el proceso de Consulta fuera efectuado a las nacionalidades amazónicas en el marco de la XI Ronda. Por tanto el proceso no fue el de una consulta previa, conforme establecen los estándares internacionales en materia de derechos de los pueblos indígenas.

En el 2010 el Ministerio de Recursos Naturales no Renovables anunció la convocatoria a una ronda de licitación petrolera. En noviembre de 2011 el nuevo catastro petrolero incluía 21 bloques en Pastaza, Morona Santiago, Napo y Orellana. El 28 de noviembre de 2012 se convocó la XI Ronda de licitaciones hacia el centro y suroriente amazónico, que incluyó 16 bloques en las provincias de Napo, Pastaza y Morona Santiago. Con ello, tres millones de hectáreas de bosque tropical y siete nacionalidades indígenas (kichwa, shuar, achuar, shiwiar, andoa, sapara y waorani), se vieron potencialmente afectadas por la superposición de bloques petroleros sobre sus territorios (García, 2014).

Con la expedición del Decreto Ejecutivo 1247, el gobierno efectuó un proceso acelerado de consulta previa en los territorios a ser licitados, para responder a requerimientos establecidos por la Constitución (2008)7 . Al término de este proceso ejecutado por la SHE, el gobierno mediante la firma de 30 acuerdos con dirigentes de organizaciones indígenas y juntas parroquiales se comprometió a invertir USD 115 millones, en obras de desarrollo en áreas de influencia de los bloques (Vallejo 2014).

En el transcurso de 2012, la CONFENIAE y CONAIE solicitaron la derogación del Decreto, y calificaron como inconstitucionales los procesos de consulta efectuados, ya que el Decreto 1247 no acató las disposiciones establecidas en los instrumentos internacionales de derechos humanos sobre pueblos indígenas. Además de que el Decreto desvió el sentido de la consulta, y la limitó a un mecanismo de participación e información social, que buscaba apuntalar la gestión de la política pública sectorial para que las áreas a ser licitadas puedan desarrollarse a beneficio de las empresas oferentes.

El gobierno utilizó un enfoque restrictivo del derecho colectivo de la consulta previa, libre e informada; enfatizó en el carácter informativo del proceso, reduciéndolo a un mero procedimiento formal no garantista, que desvirtúa el espíritu y propósitos de la consulta8 . Contempló la socialización de los beneficios de las actividades a las que podrían acceder los pueblos y nacionalidades indígenas, pero no se brindó información respecto de los posibles perjuicios sociales e impactos ambientales negativos de las actividades de exploración y explotación petrolera.

Las mujeres waorani pilares en el proceso de defensa territorial

El papel que han jugado las mujeres waorani de Pastaza en el proceso de demanda ante el Ministerio de Recursos Naturales no Renovables, el Ministerio de Ambiente y la Procuraduría General del Estado es reflejo del protagonismo que están teniendo en general, las mujeres amazónicas en la provincia. La XI Ronda petrolera generó conflictos entre comunidades, cooptación de dirigentes históricos, atracción de dirigentes de las organizaciones indígenas hacia las promesas del desarrollo que ofrecía el gobierno (Vallejo y García 2017). Hubo dirigentes que mantuvieron mayor firmeza en resistir las presiones desde el gobierno central, como fue en el caso de la Nacionalidad Achuar (NAE) que no permitió el ingreso de funcionarios del Estado a realizar la consulta. La Nacionalidad Shiwiar (NASHIE) decidió algo similar pero sufrió fragmentaciones a su interior. Entre las organizaciones del Pueblo Kichwa de Pastaza también hubo quiebres por la cooptación de líderes históricos articulados a la Coordinación Kichwa. Hubo organizaciones cuyos dirigentes llegaron a firmar acuerdos con la SHE, como lo ocurrido en la Nacionalidad Sapara (NASE), en la Nacionalidad Waorani (NAWE), en la Nacionalidad Andoa, Pueblo Ancestral Kichwa de Curaray (PAKIC).

Ante ello, mujeres kichwa, sapara, waorani, shiwiar y shuar desde el 2013 comenzaron a articularse y organizarse, a cuestionar a dirigentes hombres por no defender sus territorios y por tomar decisiones sin procesos asamblearios que consideren las perspectivas de las bases comunitarias. Las mujeres sentían que habían sido excluidas de la toma de decisiones. Comenzaron a hablar sobre los impactos que las actividades petroleras ocasionarían en sus territorios. Para esto tenían ya el conocimiento de lo ocurrido con las actividades de más de 20 años de operaciones de AGIP en la zona de Villano, en el bloque 10 en Arajuno en Pastaza; e igualmente lo ocurrido en la Amazonía norte en las provincias de Napo, Orellana y Sucumbíos. Desde entonces hasta la actualidad, las mujeres fueron construyendo una agenda conjunta, y mandatos presentados al gobierno de Correa, así como al gobierno de Lenín Moreno, con base a sus preocupaciones sobre la ampliación de las fronteras extractivas. Dentro de sus preocupaciones está la contaminación de fuentes de agua (ríos, esteros), la pérdida de la biodiversidad, el temor a que se vea afectada la producción de sus agroecosistemas, como en el caso waorani los kewenkori (de yuca, camote) y kewenahuenka (bosquecillos bioculturales que reúnen frutales, palmas, entre otros). Otros temores están relacionados con la pérdida de libertad para movilizarse en el territorio para realizar sus actividades de recolección de semillas y frutos y caminar hasta sus chakras; el temor al acoso y a la violencia sexual al ingresar agentes externos a sus territorios y el incremento de la violencia de género.

En varias de las marchas de la articulación de mujeres amazónicas autodenominadas Defensoras de la Selva que han realizado tanto en el Puyo (en el marco de las celebraciones del día Internacional de la Mujer), como las marchas para entregar su mandato de oposición al extractivismo, que les ha llevado desde el Puyo hacia Quito, ha habido una activa participación de mujeres waorani, tanto de lideresas como mujeres de base comunitaria.

En octubre de 2013, las Mujeres Defensoras de la Selva, que incluye a mujeres waorani, junto con lideresas shiwiar, sapara, kichwa, shuar cantando y portando pintura facial, coronas de plumas, collares de semillas y vestimenta de fibras naturales, marcharon desde la provincia de Pastaza a Quito. Ellas demandaron ser recibidas por el presidente Correa para entregar su Mandato. Poniendo en escena en la arena de lo público sus demandas ante el Estado. Se situaron en distintos sitios de la ciudad, con repertorios de acción colectiva, dieron ruedas de prensa y entrevistas. Esta marcha se efectuó después de un encuentro de mujeres de las nacionalidades indígenas de Pastaza, en rechazo a la XI Ronda Petrolera. Ellas denunciaron la inconstitucionalidad de los procesos de consulta previa del gobierno, rechazaron las concesiones en sus territorios y posicionaron al Kawsak Sacha (selva viva), como modo orientador de vida que procura mantener las relaciones entre humanos, no humanos y entidades o espíritus, y que implica evitar que la selva se contamine y se altere (Vallejo y García 2017).

En el Mandato las mujeres, incluidas lideresas waorani denunciaron los impactos socio-ambientales en la Amazonía norte y en el bloque 10 (provincia de Pastaza): contaminación de ríos, esteros y suelos, disminución de producción de cultivos, alejamiento de la fauna, afectación de medios de vida, incremento del consumo de alcohol y la violencia de género. Exigieron al Estado una reparación integral, ambiental y social; así como, el reconocimiento y pago de la histórica deuda ecológica por daños ambientales ocasionados a lo largo de décadas de operaciones de empresas concesionarias en la Amazonía norte (provincias de Orellana, Sucumbíos y Napo), y en las comunidades del bloque 10 (en Pastaza). Exigieron revertir los contratos de concesión de la XI Ronda petrolera, y a que no realice nuevas licitaciones en el sur oriente y a que cesar los proyectos megamineros en la Amazonía sur.

Algo central es que las mujeres en su Mandato al Estado, al desconfiar de los procesos institucionalizados de consulta previa efectuados por el Estado propusieron que se efectúen autoconsultas con base a sus propias formas de toma de decisión. Expresaron su rechazo a cualquier consulta basada en el Decreto 1247 de la XI Ronda, por ser meras socializaciones de decisiones gubernamentales, que no se efectúan con pertinencia cultural, ni lingüística, ni acorde con los tiempos locales, y que no se encamina a su consentimiento. El 22 de marzo fueron recibidas y al no ser sus demandas procesadas, efectuaron visitas entre octubre de 2018 hasta el 2019 a la Defensoría del Pueblo, a la Comisión de Participación Ciudadana y Control Social, a la Secretaría de Justicia, Cultos y Derechos Humanos, e incluso se han reunido con funcionarios de la ONU.

Es importante considerar que en varias nacionalidades amazónicas, las mujeres sin escindirse de estructuras organizativas mayores, han conformado asociaciones propias, como es el caso de la Asociación de Mujeres Waorani (AMWAE), desde la cual han buscado generar proyectos de alternativas económicas como la producción de artesanía con chambira y semillas amazónicas, la implementación de viveros con plantas para la actividad artesanal, la producción de cacao en agroecosistemas para la producción de chocolate, entre otras. En cierta forma esta asociación se ha mantenido más estable que la organización de la Nacionalidad Waorani (NAWE), que ha estado marcado por procesos de recambio de dirigencias.

Lideresas waorani miembros de AMWAE han tenido un papel importante en salvaguardar el territorio en otros momentos9 . En la actualidad es un suceso importante el que en la provincia de Pastaza, CONCONAWEP liderada por una presidenta mujer waorani rechace al extractivismo petrolero, interponiendo una demanda de acción de protección al Estado ecuatoriano, con lo que se busca se garantice su autodeterminación. Las mujeres lideresas jóvenes y pikenane con esta acción legal, que ha tenido un fallo satisfactorio, precautelan su territorio amenazado por intereses tanto del Estado, como de empresas transnacionales.

Las mujeres waorani de comunidades de Pastaza se posicionan a favor de la defensa de la selva, de sus bosques, que son sus espacios de vida. Han logrado incidir dentro de sus respectivos nanikabo (estructuras clánicas familiares), así como en las organizaciones provinciales waorani y en la estructura mayor organizativa, de la NAWE. Han cuestionado las interlocuciones del Estado con dirigencias, cuando se pasan por alto las dinámicas organizativas internas. Para ellas, las decisiones territoriales respecto a intervenciones hidrocarburíferas, no pueden ser tomadas exclusivamente por dirigentes de la NAWE, ya que dentro de las comunidades existen estructuras de autoridad, que tienen como centro a los ancianos y ancianas mayores pikenani quienes son sus autoridades tradicionales, legitimadas por las personas que residen en el territorio.

Reflexiones finales

En la sentencia favorable obtenida en el Puyo, en que se establece que el Estado debió respetar el derecho a la consulta libre previa e informada que tienen las comunidades waorani en Pastaza, así como el derecho a la autonomía se ha marcado un hito histórico de significativa trascendencia. Las mujeres waorani, jóvenes lideresas y ancianas sabias pikenani han tenido un papel y protagonismo importante. Son ellas quienes han incidido en sus comunidades en la preocupación por cuidar la selva y rechazar al extractivismo petrolero apuntalado para el bloque 22 y quienes han participado activamente en actividades de mapeos del territorio, asambleas, en las acciones legales y de movilización que han seguido.

Lo que ocurre en la Amazonía con las mujeres waorani cabe entenderse en el marco del alto protagonismo que han tenido en la último decenio las mujeres amazónicas de la provincia de Pastaza y que ha irradiado en otras zonas de la Amazonía, tanto norte como sur. Tiene también convergencias con otros procesos que involucran a mujeres indígenas en países de América Latina.

Si bien los sistemas de gobernanza basados en comunidad de los pueblos y organizaciones indígenas tienden a enfatizar la participación y deliberación en términos de lo colectivo, muchas veces han excluido a las mujeres indígenas de la toma de decisiones, con respecto al territorio. Frente a esto, las mujeres han seguido diferentes estrategias para buscar transformaciones en sus organizaciones y han planteado nuevas formas de imaginar lo plural de forma menos patriarcal (Sieder y Barrera 2017). Desafían las formas de exclusión para transformar las organizaciones e identidades colectivas de los movimientos indígenas, así como para transformar la interlocución masculina, o el ventriloquismo masculino que las instituciones del Estado, empresas transnacionales y otros actores han generado. Han logrado insertar sus demandas, sea creando espacios autónomos al interior de organizaciones mixtas, estableciendo organizaciones independientes, o manteniendo un paralelismo organizativo, en que se mantienen afiliadas a organizaciones mixtas.En comparación con tiempos previos, han emergido las mujeres con mayor protagonismo como actores públicos, y sujetos políticos que se tornan legítimas interlocutoras frente al Estado y sociedad civil; mantienen redes de apoyo con ONG ecologistas tanto a nivel nacional como internacional, y se han reposicionado en coyunturas en que el movimiento indígena en Latinoamérica sufrió cierto debilitamiento y fragmentación (Rousseau S y Morales A 2016). Esto, en medio de lo que se ha denominado el boom de los commodities, y a pesar de que en la región han habido fuertes procesos de judicialización de la resistencia y amedrentamiento de dirigencias sociales. Ellas, las mujeres indígenas amazónicas como es el caso de las mujeres waorani de Pastaza, de manera valiente han logrado sostener la resistencia.

Ahora es el momento de apoyar al Pueblo Waorani y los demás Pueblos y Nacionalidades afectados por la consulta inconsulta de 2012. Firma la carta de las comunidades Waorani de Pastaza al gobierno ecuatoriano para que respete sus derechos y su decisión. Con cada firma el Presidente de la República Lenin Moreno, el Ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables Carlos Pérez, el Ministro del Ambiente Marcelo Mata, y el Consejo de la Judicatura de Pastaza reciben un correo exhortando que respeten la decisión del tribunal y de los Waorani de Pastaza.

Referencias

    Bibliografía

    • García, Miriam (2017). Petróleo, ecología política y feminismo. Una lectura sobre la articulación de Mujeres Amazónicas frente al extractivismo petrolero en la provincia de Pastaza, Ecuador. Quito: FLACSO.
    • Ricco, Angela Regina. 2008. “Facultad Latinoamericana De Ciencias Sociales Sede Ecuador Programa De Estudios Socioambientales Convocatoria”, 1–138. www.flacsoandes.edu.ec.
      Rival, Laura (2015). Transformaciones huaoranis. Frontera, Cultura y Tensión. Quito: Abya Yala
    • Rousseau, Stéphanie and Hudon, Anahi Morales (2016). ‘Paths towards Autonomy in Indigenous Women’s Movements: Mexico, Peru, Bolivia’, Journal of Latin American Studies, 48: 1, pp. 33–60
    • Sieder, Rachel y Barrera, Ana (2017). “Women and Legal Pluralism: Lessons from Indigenous Governance Systems in the Andes”. Journal of Latin America Studies. Vol 49, issue 3: 633-658
    • Vallejo, Ivette (2014). “Petróleo, desarrollo y naturaleza: aproximaciones a un scenario de ampliación de las fronteras extractivas hacia la Amazonía suroriente en el Ecuador”. En Anthropologica No 32:115-138
    • Vallejo Ivette y García Miriam (2017). “Mujeres indígenas y neo-extractivismo petrolero en la Amazonía centro del Ecuador: Reflexiones sobre ecologías y ontologías políticas en articulación”. En Brújula. No 11.